Drazen Petrovic, nació el 22 de Octubre del 1964, en una pequeña localidad de Sibenik, donde dio sus primeros pasos como jugador de baloncesto.
Su primer equipo fue la Sibenka de Sibenik, su equipo local, donde empezó a maravillar a todo el país anotando 40 puntos por noche.
Para los médicos, Drazen no estaba hecho para jugar al baloncesto, ya que tuvo un problema de columna, que le impedía jugar. Aún así, dio su vida por el baloncesto, entrenando todos los días de su vida, y siempre entregado a su equipo. Era un jugador ejemplar, siempre llegaba el primero a los entrenamientos, hasta horas antes que sus compañeros, y además se marchaba el último. Tiraba y tiraba, no cesaba de tirar, lo que le convirtió en uno de los mejores tiradores de todo el mundo.
Para los médicos, Drazen no estaba hecho para jugar al baloncesto, ya que tuvo un problema de columna, que le impedía jugar. Aún así, dio su vida por el baloncesto, entrenando todos los días de su vida, y siempre entregado a su equipo. Era un jugador ejemplar, siempre llegaba el primero a los entrenamientos, hasta horas antes que sus compañeros, y además se marchaba el último. Tiraba y tiraba, no cesaba de tirar, lo que le convirtió en uno de los mejores tiradores de todo el mundo.
Con su equipo local, consiguió llegar al subcampeonato de la copa Korac, un hito para el equipo que hasta entonces había sido inalcanzable. Siendo el líder de su equipo cuando todavía era el más joven. Todos los jugadores del equipo, hasta los veteranos se rindieron a sus pies, dándole las responsabilidades anotadoras.
Pero llegó su época del servicio militar, época en la que no dejo de entrenarse. Cuenta su compañero de servicio que se iba a entrenar todas las mañanas con un chaleco de metal puesto, que pesaba una barbaridad, y si le preguntabas, él decía "Cuando me lo quite, ¡volaré!".
De este período de su vida, que para algunos puede ser inaguantable, se libró prometiendo al sargento que si le dejaba irse ficharía por el Partizan de Belgrado, pero cuando se fue, Drazen fichó por la Cibona.
En este equipo se forjó como el mejor jugador del continente, de manera que todos los equipos quisiesen disponer de sus servicios. Un jugador que podía llegar a ser insufrible si te tocaba enfrentarte a él, un jugador que lo dio todo por la victoria, en la pista lo daba todo por su equipo, se enfrentaba a cualquiera por la victoria de su equipo.
Con la Cibona lo ganó todo. Fue campeón de Europa, de Yugoslavia, tanto la liga como la copa, y también con su selección.
Continuará...
No hay comentarios:
Publicar un comentario